Dimensión
de Miedo:
-Miedo
a la infidelidad:
Recuerdo
cuando era un niño (7-9 años) mi primo tenía muchos juguetes y le pedí si podía
jugar con alguno, y me decía que no, y no los estaba utilizando, yo insistía en
que me deje jugar porque no los estaba utilizando, ahí yo lo percibí egoísta,
mal intencionado, y yo dentro de mi deseo de jugar y viendo esa posibilidad de
que sí puedo jugar, sólo que él es malo, es egoísta, yo quise jugar con los
juguetes y ahí él se me acercó como queriendo quitarme el juguete y yo lo tomé y
se puso a llorar cuando se lo quite de las manos, y recuerdo que yo acumulaba
mucho enojo hacia mi primo por no prestarme lo que él tenía al punto donde lo
vi como malvado, egoísta y mal intencionado, pero de hecho, eso mismo es lo que
me estaba convirtiendo yo, era mi propio reflejo al ir tras un deseo, porque si
hubiese aceptado su posición y acepto que no puedo jugar con ello, entonces no
tendría que volverme agresivo al punto de pegarle. Mi papá subió corriendo y me
pegó, y cuando me pegaban recuerdo que siempre me enojaba con ellos porque lo
veía injusto, que yo no debía ser golpeado, y luego lo veía a él tranquilo,
jugando y yo más enojado estaba porque a él no le pasaba nada, al punto donde
quería vengarme de esa situación, quería que él reciba lo que yo recibía, como
dándole su merecido. Así que, cuando me pegaban mis padres yo me enojaba con
ellos, porque me hacían sentir dolor, o porque lo veía injusto y repasaba en mi
mente la situación y el dolor, y en éste evento de la computadora, era nuevo
para mí, es decir, ellos se enojarían si se rompe la computadora, por lo que
hice? O no? Y si lo hacen, me pegarán? No quiero que me peguen! Qué voy a
hacer? No sé qué pasará, no tengo escapatoria, voy a tener que enfrentar eso
que no sé qué será!
Me
perdono a mí mismo el haberme aceptado y permitido a mí mismo temer qué pasará
si enfrento una situación a la cual me doy cuenta de mi responsabilidad y que
como soy participe, tengo que dirigir de acuerdo a qué voy a aceptar y permitir
y qué no, al enfrentar algo nuevo, en donde recuerdo que temía qué pasará si
mis padres se enteran que la computadora no funciona adecuadamente debido a lo
que yo hice, como miedo a lo desconocido y en ese momento, recordar también
anteriores situaciones donde mis padres me pegaban por ver que me portaba mal o
hacía cagadas para ellos, y debido a éste punto de recuerdo de pasarla mal,
imaginarme lo que podría pasar si acepto mi responsabilidad para mal, como
consecuencias negativas para mí, de manera que no acepte mi responsabilidad y
me retracte de tomarla y dirigir la situación de acuerdo a qué es aceptable y
qué no.
En
el momento y cuando me vea temiendo qué pasará si enfrento una situación a la
cual me doy cuenta de mi responsabilidad y que como soy participe, tengo que
dirigir de acuerdo a qué voy a aceptar y permitir y qué no, al enfrentar algo
nuevo – me detengo y respiro. Me doy cuenta que al enfrentar situaciones de
responsabilidad, lo que está en juego es quién yo soy en ese momento y por
ende, quién yo soy como la palabra viva en esos momentos, es decir, cómo me
aplico como palabra viva y en consideración de qué.
Me
doy cuenta que lo que puedo ver en mi mente como consecuencias negativas para
mí es lo que los demás podrían aceptarse y permitirse de acuerdo a mi
aplicación, lo cual en ello puedo ver qué temo perder o qué temo recibir, en
vez de firmemente tomar responsabilidad y ver cómo hacerlo como un acto de honor
y respeto a mí mismo, y consideración al reconocer cómo puedo expresarlo al
individuo en conocimiento/consciencia de cómo es/cómo puede entenderme.
Me
comprometo a mí mismo a recordarme que tomar responsabilidad y darme dirección
es crucial ante la situación que estoy enfrentando, en donde considero
honestidad como uno mismo en ver cómo abordar la situación al considerarme a mí
mismo en primera instancia en totalidad como cuerpo físico humano, mente y ser
para ver qué es tolerable/aceptable y permitido, y qué no, en segunda instancia
al otro individuo como yo mismo como cuerpo físico, mente y ser/lo que conozco
del otro individuo como quién es/cómo es/qué permite y acepta, etc. como un
momento de consideración para acordemente actuar en consideración, honor y
respeto.
Me
perdono a mí mismo el haberme aceptado y permitido a mí mismo imaginarme lo
peor que me podría pasar, al enfrentar algo nuevo, definiendo ese momento de
miedo a lo desconocido como la posibilidad de pasar un mal rato, en donde
recuerdo cuando no andaba la computadora adecuadamente, y yo veía que esto es
por mi culpa y que por ende, por ser mi culpa, por mandarme yo mismo la cagada
como dirían mis padres, temía ser golpeado, temía la posibilidad que podría
existir detrás de ello como consecuencia.
En
el momento y cuando me vea imaginándome lo peor que me podría pasar, al
enfrentar algo nuevo, definiendo ese momento de miedo a lo desconocido como la
posibilidad de pasar un mal rato – me detengo y respiro. Me doy cuenta que al
imaginarme lo peor que podría pasarme si tomo responsabilidad no estoy
considerando en lo absoluto quién soy al tomar responsabilidad y cómo puedo
realmente dirigir la situación de manera que realmente haya real consideración
por mí mismo y por los demás individuos implicados al ver la situación dentro
del contexto del honor y respeto, ya que me doy cuenta que veo la situación en
mi mente de acuerdo a qué considero.
Me
comprometo a mí mismo a considerar quién soy al imaginarme lo peor que podría
pasar, y en ello investigar, exponer y evaluar qué estoy considerando al
imaginarme lo peor, qué es lo que me lleva a imaginarme eso, y luego en sentido
común evaluar y comprender cómo llegar a honrarme y respetarme a mí mismo y
considerar a los demás al tomar acción.
¿Cómo
es que llegué a resistirme a pasar un mal rato?
Caminaré la resistencia en mi próximo blog.
Gracias.
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