viernes, 30 de diciembre de 2016

Redefiniendo el Presente - Día 314

Estuve escuchando a la entrevista de la crucifixión de Jesús en Eqafe acerca de redefinir la palabra presente y aquí comparto lo que se abrió al escuchar la entrevista. Yo recomiendo escuchar el audio porque ofrece mucho apoyo y asistencia para el proceso de redefinir y vivir palabras, y a mí me ha aterrizado muchísimo para estar más presente en mi día y hacer cambios significativos.



Ok, va:

Me perdono a mí mismo por no aceptarme y permitirme a mí mismo ver mi presente como el momento en el que se encuentra mi presencia, donde estoy aquí, presente para moverme, dirigirme y crear mi vida.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo excusar y justificar en mi presente el por qué estoy cediendo y dándome por vencido a reacciones emocionales y sentimentales que muy bien reconozco y soy consciente de, que participo, es decir, mi presencia está aquí, mi consciencia está aquí, entonces el potencial de cambio está aquí.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo ignorar y reprimir en mi presente el potencial de cambio.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo tener pensamientos tales como “bueno, ya fue, ya estoy en esta reacción, ya me encuentro en este momento, ya la cagué, así que más adelante lo haré, más adelante cambiaré”, entrando en la experiencia de esperanza a que en un futuro me mueva a cambiar, esperando a cambiar, cuando de hecho el potencial de cambio está aquí.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo mantenerme atrapado en los confines de mi mente en la idea y creencia de que cuando estoy en una experiencia en mi mente o ya estoy participando en algo como fumar marihuana o sintiendo el enojo, o por actuar en base a una reacción de deseo, ya no puedo retroceder, ya no puedo cambiar, cuando de hecho sí, mi mente está aquí, la consecuencia de participar en mi mente está aquí, pero aun así el potencial de cambio está aquí, al traer a mi ser al cuerpo y conectarme con mi cuerpo a través del respiro, arraigarme y enraizarme en mí mismo, estabilizarme y dirigir el momento hacia un cambio y una solución.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo ir construyendo y acumulando reacciones en mi mente y en mi cuerpo e ignorar y reprimir estas reacciones acumuladas y construidas sin tomar en cuenta que a medida que mantengo estas reacciones, acumulo más estas reacciones, más tiempo estoy permaneciendo en ciclos, más consecuencias estoy creando y más me pierdo a mí mismo en mi mente, lo cual significa que pierdo el control de mi experiencia, pierdo dirección y el potencial de crear mi propia vida y experiencia como me gustaría.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo acumular reacciones por más de un día.

Me perdono a mí mismo por aceptarme y permitirme a mí mismo postergar el proceso de perdonar mis reacciones emocionales y sentimentales y pensamientos, sin darme cuenta que el hecho mismo de postergar tal proceso, implica el dar autoridad y poder a mi mente para que controle y dirija mi experiencia, palabras y acciones de tal manera que crean consecuencias que definitivamente no quisiera crear para mí y para otros, lo cual también soy responsable en no tomar en cuenta las consecuencias de mi participación en mi mente y en esta realidad física.

Potencial de cambio: mi cuerpo físico está aquí, presente, mi mente está aquí, presente, mi ser mismo está aquí, presente. Las tres partes de mí mismo están aquí. El potencial de cambio existe en un movimiento de mi ser mismo, de respirar, traerme a mí mismo a mi cuerpo físico y ver qué estoy aceptando y permitiendo, evaluar en qué estoy participando, qué consecuencias estoy o voy a crear si sigo permitiéndome y aceptándome participar en mi mente, qué movimientos estoy experimentando, qué se activó y gatilló en mi mente y cuerpo físico, y luego hacerme cargo de haber dado poder y autoridad a mi mente a través del perdón y a través del cambio práctico, es decir, estabilizarme, salir de mi mente para comenzar a darme dirección, poder y autoridad a mí como mi ser mismo. Es un evaluar lo que está aquí, hacerme cargo de mis propias reacciones y tomar una decisión con responsabilidad, claridad y sentido común.

Me comprometo a mí mismo a recordarme cada día que estoy aquí: en mi presente mi presencia está aquí, el potencial de lo que puedo ser está aquí para ser utilizado, de igual manera el potencial de cambio.

Me comprometo a mí mismo a no postergar el proceso de perdón a uno mismo diario, ya que entiendo, me doy cuenta y veo que con cada día que dejo de tomar responsabilidad de mis reacciones, mi mente y mi cuerpo físico, estoy dándole poder y autoridad a mi mente para que dirija y cree mi propia experiencia diaria, al igual que mis decisiones.

Me comprometo a mí mismo a recordarme que mis pensamientos seguirán teniendo control sobre mí mientras yo participe, les dé autoridad y poder para que sigan dirigiéndome y controlándome, y esto puedo parar a través de detenerme por un momento, reflexionar, investigar y hacer introspección sobre mis pensamientos y darme el poder y autoridad a través del perdón para dejarlos ir, al igual que las cargas energéticas ligadas a éstos.