lunes, 1 de abril de 2013

Día 129 – Por qué crucificamos nuestra expresión?

Este post es la continuación de la serie de blogs Conociéndome a mí mismo.

 
|Dimensión de Pensamiento:

||Imagen de una persona señalándome.

Problema:

El problema con este pensamiento es que me manipulo a mí mismo a verme en separación de los demás, donde le doy más valor a una persona que me está señalando/juzgando/diciéndome algo sobre lo que estoy expresando en donde me veo menos que aquella persona, también uso el pensamiento en forma de juicio a mí mismo donde me defino como diferente a los demás para no expresarme porque sería señalado, y también al ya haber juzgado/puesto un valor a mi expresión como negativa/inferior, genero todo un conflicto y fricción interna por expresarme.

Solución:

Me perdono a mí mismo el haberme aceptado y permitido a mí mismo manipularme a mí mismo a separarme de los demás, dándole más valor a lo que una persona está señalando/juzgando/diciendo sobre lo que estoy expresando a través de pensar en una persona señalándome, al juzgarme o al decirme algo una persona, ya que así puedo generar una experiencia de inferioridad hacia mí mismo para colocarle tal valor a mi expresión en el momento, ya que así escondería aquella parte de mí mismo a través del miedo a sentirme mal para entonces buscar escapar de mí mismo, en donde recuerdo cuando tenía un compañero en primer grado que quería ir al baño y la maestra no se lo permitió, y se meo en los pantalones y el chico quedó completamente rojo, avergonzado y otro día apareció la mamá para hablar con la maestra y Rodrigo no volvió a estar en el aula.

Me perdono a mí mismo el haberme aceptado y permitido a mí mismo usar el pensamiento de una persona señalándome para proyectar un juicio hacia mí mismo, interpretando que soy diferente a los demás, al momento de decidir expresarme, ya que así no me permitiría expresarme y proyectaría mi expresión, dándole un valor a mi expresión de inferioridad, y entonces generar el miedo a permanecer en una experiencia negativa, para entonces suprimirme a mí mismo.

Me perdono a mí mismo el haberme aceptado y permitido a mí mismo colocar un valor negativo a mi expresión y entonces proyectar mi expresión donde puedo juzgar en ese momento qué estoy expresando como yo mismo, ya que así, al empujarme a expresarme, simplemente lo haría en conflicto y fricción interna donde acumulo más de mí mismo como energía negativa y permanecería dentro de esta experiencia y al mismo tiempo experimentando miedo a permanecer en una experiencia negativa/sintiéndome mal como el origen de ésta personalidad suprimo para sentirme bien, hasta que finalmente la resistencia se hace tan grande de expresar porque nunca la deshago y llego a suprimirme.

Solución:

Devolverle el valor a mi expresión para volverse una expresión de mí mismo como vida, donde entonces lo que expreso es uno e igual a todo y cuanto está aquí como expresión, en donde ya no experimento fricción y conflicto conmigo mismo, aceptando mi expresión como mí mismo y entonces dirigiéndome respiro a respiro en el momento para expresarme en consideración del valor real, la vida misma, y entonces volver a ecualizar toda mi expresión a unicidad e igualdad como la vida, donde entonces, cambio mi relación con el pensamiento a que cualquier cosa que esté señalada, sigue siendo uno e igual a la persona que está señalando.

Cool, en el próximo post caminaré la dimensión de pensamiento de este personaje ‘suprimo para sentirme bien’.

Gracias.

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