Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo limitar la consciencia de mí mismo, de esta
unicidad e igualdad física a través de buscar razones para que yo mismo en mi
mente encuentre válido dejar ir una energía, un pensamiento, una idea, una
creencia, un juicio, una reacción, sin darme cuenta que no es requerido razones
para que yo me levante dentro y como la unicidad e igualdad física, más que la
decisión misma de ‘¿a qué me voy a alinear?’ A la mente, creando capas de mi
existencia, creándome como una sustancia mental consecuencial, a la ilusión, a
lo que es creado a través del acto de pensar, de sentirme vivo a través del
subproducto de energía o, a la Unicidad e Igualdad, lo real, lo físico, la
vida, lo que es ver sin velos, sin ideas, sin creencias, sin juicios, sin
interpretaciones, sin pensamientos, sin energías, creándome a mí mismo como una
expresión de vida, como la sustancia de vida.
Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo no haberme dado cuenta la influencia que tienen
mis propias palabras, mis propias decisiones momentáneas como ‘voy a tratar de
justificar el por qué me estoy levantando en unicidad e igualdad’, donde me he
permitido caer deliberadamente por no encontrar las razones para levantarme,
sin darme cuenta que ‘la razón’ por la cual me levantaré en unicidad e igualdad
que estoy tratando de encontrar, está basado en la aceptación en mi mente de
esa razón, y por lo tanto, la razón para levantarme variará de acuerdo a mi
mente, a lo que yo diga en mi mente ‘es válido’ – en lugar de esta decisión de
alinearme a la unicidad e igualdad física en mi proceso.
Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo no haberme dado cuenta cuáles son las
consecuencias de levantarme por una ‘justificación’, la cual puedo ver que si yo
me levanto por una justificación y ésta luego deja de ser válida, entonces ¿qué
pasará? me permitiré caer y volver a alinearme a la mente, a los programas, a
las energías, a los sistemas y constructos – por ende, mi levantamiento debe
ser absoluto, no desde una justificación, ya que de esa manera me permito
acumular/construir consciencia de mí mismo dentro del punto de partida de ‘unicidad
e igualdad con uno mismo’, en lugar de ‘la justificación por la cual yo me
levanto en unicidad e igualdad’.
Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo a pesar de ya saber qué es real y qué no lo es,
volver a permitir y aceptar las dimensiones y multidimensiones de mi mente
seguir existiendo, aferrándome a ello, donde enfrento ese momento de ‘me doy
cuenta de que en unicidad e igualdad esto no existe, es una ilusión’ o ‘me doy
cuenta que yo decido cómo esto existe o puedo diseñarlo, construirlo y
especificarlo por mí mismo’ o ‘me doy cuenta que esto puedo redirigirlo’, sin
embargo no uso mi propio poder y potencial creativo/creador para crearme a mí
mismo – y en su lugar, me permití seguir en la ilusión de la mente, dentro de
la conciencia con cómo ésta la he diseñado, programado, configurado acerca de ‘cómo
veo la realidad’ y ‘qué es real’ cuando estos puntos de hecho son programables,
configurables, estructurables, en otras palabras, yo decido qué permanece como ‘parte
de mí mismo’, como ‘parte de la existencia’, como ‘qué crearé aquí y se
mantendrá como yo mismo’ desde el punto de partida de unicidad e igualdad
conmigo mismo física.
Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo no darme cuenta, ver y entender que se trata de
mí decisión en términos de qué permanece, qué se va – soy yo en mi principio
directivo dirigiendo, creando, especificando, definiendo, redefiniendo, estableciendo,
diseñando, programando quién soy yo, cómo soy yo, qué vivo, qué veo, qué es
real, qué es de valor, es decir, yo puedo realmente colocarme en esa posición
de ‘unicidad e igualdad’ donde me levanto ‘uno e igual’ a mi poder creativo, a
lo físico, a mi mente donde entonces yo puedo dirigir.
Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo no ver, entender y darme cuenta que mientras me
mantenga en la idea, creencia y percepción de superioridad e inferioridad, que
hay cosas que valen más, que hay algo más fuerte, más poderoso, que hay algo
más débil, que hay víctimas, entre otras personalidades en mi relación conmigo
mismo y la existencia como un todo, no seré capaz de levantarme como la
sustancia de vida, como mi poder creativo en su máximo potencial, porque
todavía estaría creando separación, desigualdad, superioridad e inferioridad
conmigo mismo, con mis personalidades ya existentes, al punto que creo es real
y toma posesión total y completa la energía, las personalidades, los
pensamientos, las ideas, las creencias, como también esto reflejándose en el
sistema mundial donde hay superiores e inferiores, y todo como consecuencia de
nuestra abdicación, separación y desigualdad con nosotros mismos y esta
existencia física como un todo.
Me perdono a mí mismo el haberme
aceptado y permitido a mí mismo no querer reconocer que yo realmente puedo
cambiar, puedo detener mis personalidades, puedo levantarme y hacer aquello que
es mejor para todos, sin embargo no lo quise reconocer porque he permitido mis
pensamientos y la energía dirigirme a mí mismo deliberadamente con creencias de
mí mismo de ser débil, de ser una víctima de mi mente, de culpar a mi mente, de
mi realidad, de otras personas, de definirme en mi mente, y como tal, no he
querido dar ese esfuerzo por levantarme de todo ello y pararlo, corregirlo y
cambiarlo – y ahora me doy cuenta que sí, yo puedo hacerlo en cualquier momento
el reconocer la unicidad e igualdad, reconocer en honestidad como mismo qué
hice, el parar y alinearme a esa unicidad e igualdad física.
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