miércoles, 18 de marzo de 2015

Un día en la matrix, siendo parte de ella - Día 276


Finalicé mi tiempo de exámenes. Terminé este tiempo con una materia aprobada, después de una serie de “no quiero rendir”, “no quiero estudiar”, “ya no es como antes” “no quiero esforzarme para hacer esto, no soy el de antes”, “es demasiado”, “me cuesta mucho” y no presentarme/desinscribirme materias, decidí que sí o sí ‘Neuroanatomía y neurofisiología’ me la iba a sacar, y en lugar de mirar a estas razones y excusas y justificaciones de no dar ese esfuerzo para estudiarla, aprenderla y rendirla, sólo me di más tiempo para estudiarla, y me esforcé en recordar y aprender.

Lo que usualmente hago en épocas de exámenes es dejar muchas responsabilidades de lado para enfocarme más en estudiar, eso implica responsabilidades del hogar como limpieza, lavar ropa, planchar; responsabilidades conmigo mismo en mi relación conmigo mismo tal como la escritura, el perdonarme y el corregirme a mí mismo, explorarme, conocerme más, descubrir y romper patrones mentales y físicos, responsabilidad diaria de, en tiempo real, estar consciente de mí mismo, qué está emergiendo y dirigiendo la realidad.

Ahora, me he extendido un poco con la época de exámenes y realmente no quería estudiar, y me dejé llevar por la experiencia y por mis propios pensamientos y he tenido varias comprensiones de esta situación.

Una comprensión que yo destacaría es: en cada caída, no importa cuántas veces caes, lo importante es ver por qué uno cae, y en el proceso observar cada detalle de ello, porque en cada caída hay un punto o varios puntos nuevos que se abren, que también llevan a la comprensión de uno mismo, y acerca del proceso, por supuesto, si es que uno se pone a observarlo realmente.

Durante este tiempo he estado ‘sumergiéndome’ más en mi mente, es decir, los pensamientos emergerían, por ejemplo, no querer hacer una actividad, o querer ir a visitar a mi novia, o querer hacer algo realmente irrelevante, y tendría una pequeña reacción, una pequeña sensación que vendría junto con el pensamiento de, ya sea, sentirme que no quiero hacer la actividad, o deseos de hacerlo, entretenerme en algo. Y debido a la época de exámenes donde no asumiría la responsabilidad de detenerme a cuestionar mis pensamientos, de ver de dónde vienen, de ver la experiencia y realmente darme claridad, tomar decisión y caminarla inmediatamente con estabilidad y sentido común – en su lugar, yo no cuestionaría el pensamiento, la emoción o el sentimiento simplemente lo sentiría y si le daba cuerda al pensamiento, la emoción o el sentimiento seguiría acumulándose, y la próxima vez que la situación gatillara el pensamiento, la emoción o el sentimiento vendría más fuerte, yo estaría más involucrado en mis pensamientos y así fue cómo me convertí en este tiempo, en un robot orgánico, solamente siguiendo pensamientos, sentimientos y emociones.

Me pareció una experiencia muy interesante y ver esto, también – porque lo que noté es que mientras más seguiría pensando, seguiría reaccionando/sintiendo sentimientos y emociones dentro de mis pensamientos, más me perdería a mí mismo y ‘los principios por los que yo me cuestionaría, me movería, y cambiaría’ no estarían allí ya, porque el principio cambiaría a ‘haz lo que te hace sentir mejor’, ‘manipula, engaña, controla no importa qué, vas a tener lo que quieres’, es decir yo vería cómo me manipularía y trataría de manipular a otros, yo vería cómo querría tomar control y engañar a otros, y lo permitiría, porque estaba dentro de lo que ‘yo quería’, es decir, pensaba en cosas, deseaba cosas, temía cosas y realmente me di cuenta ese mismo punto, que mientras más participas en pensamientos y, si éste lleva ligado una emoción o sentimiento, entonces la energía se acumularía y el pensamiento se apoderaría de ti, lo que en tu ambiente externo o el recordar cierto punto haría es gatillar los pensamientos específicos, o las memorias específicas, las emociones y sentimientos estarían activados en tu cuerpo, y todo lo que has conectado a eso que activó los pensamientos y emociones y sentimientos dentro de ti activaría más pensamientos, comportamientos, motivaciones, propósitos, razones y acciones.

Entonces, yo realmente sugiero comenzar a cuestionar tus pensamientos, comenzar a considerar que no importa cómo se sienta tal pensamiento, puedes perdonar la emoción, puedes perdonar el sentimiento, puedes volver a mirar al pensamiento, ver qué dice de ti mismo el pensamiento, perdonarte por lo que te has convertido por convertirte o encarnar tales pensamientos, emociones y sentimientos en tu realidad, en tu cuerpo, y me di cuenta que no importa cómo se sienta el tener que ver ciertos pensamientos (imágenes, imaginaciones, memorias, posibilidades futuras, el pasado, tus ideas, tus creencias, tus miedos, tus deseos), realmente si los ves directamente, quitas el sentimiento o emoción con el perdón y miras los pensamientos con principios de vida, es decir, realmente puedes cambiarte a ti mismo, porque eso que ligaste a tal pensamiento como emoción o sentimiento, se disipa, y puedes pensar otras posibilidades, puedes escribir otras posibilidades y entonces no se ve tan ‘malo’ o tan ‘bueno’ lo que pensabas al principio con esta otra forma de pensar estructurado con principios de vida o con otra mirada al asunto, porque en cierta manera tú decides qué vas a encarnar, qué pensamientos y tu punto de partida determinará igualmente, qué decides encarnar y por qué.

Sí, toma tiempo este proceso de escribir/hacer introspección, perdonarte, comprender y cambiar, pero realmente lo vale – esto te permite tomar control de tu vida de nuevo, para que no seas dirigido ya por el interior, sino que tú dirijas el interior y el exterior, uno e igual.

Recuerda, esto es totalmente deliberado, tú decides qué hacer y qué no hacer para apoyarte y asistirte a dirigir tu vida.

En el siguiente post continúo con el punto de control que había dejado. Muchas gracias.

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