Esta
publicación es continuación de una serie de blogs tituladas ‘Viejas Heridas’,
la anterior fue:
Durante
este proceso de ‘duelo’ por haber terminado mi pasada relación estuve
definiendo, redefiniendo y viviendo palabras que había separado de mí mismo y
había ligado a mi ex-relación.
Después
de mis últimos exámenes, teniendo mi mente con ‘más espacio’ para ocupar en
otras cosas, comencé a pensar en ella…los pensamientos eran muy variados y de
distintos tipos, así que supuse que había reprimido, negado y simplemente había
estado ignorando las sensaciones que me había dejado esa relación de casi 3
años…surgieron pensamientos de deseo sexual ligados a ella, deseos de querer
verla, y estos tenían una carga muy fuerte, sin embargo yo había creado en mí
la suficiente consciencia de la situación, la suficiente claridad para no
dejarme entregar de lleno a estas experiencias, aunque sí estuve participando
físicamente de maneras mínimas en estas reacciones y pensamientos al caminar en
lugares donde ‘solíamos transitar’ o lugares que ‘podría encontrarla’ con la
esperanza de encontrarla. Estas reacciones requerían inmediata liberación y los
pensamientos ligados requerían inmediata dirección, por tanto paré mi
participación en los niveles más superficiales, o sea esto paró de ocupar mi
mente y la energía de deseo se calmó, pero a nivel físico yo notaba que había
una automatización en la dirección cuando salía a caminar o pequeños
pensamientos que estaban dirigiendo los momentos más grandes como toda la
caminata, o preguntarle a alguien acerca de ella, etc.
Fui
armándome de valor día a día para encontrar estos momentos donde se gatillaban
los pensamientos, y luego los pensamientos que gatillaban las reacciones
sentimentales.
Otras
maneras en que en mi mente surgía el recuerdo de ella y hasta de hecho, la
creación de nuevos pensamientos era mediante la comparación entre ella y mi
actual relación, comparando acciones, maneras de ser, capacidades, etc.
Me
aseguré de establecer mi relación hacia estos pensamientos y los he definido
como ‘auto-sabotaje’.
Lo
que es difícil al comienzo de este proceso de parar las energías intensas que
vienen ligadas a mi anterior relación, es que cuando estás en ellas, es
inevitable pensar y querer actuar: todo mi organismo quiere moverse, actuar,
hacer algo ‘al respecto’. Lo que me ha apoyado y asistido mayormente es, como
dije al comienzo, el haber entendido lo que sucedió en la relación, por qué yo
tomé la decisión, y haber evaluado holísticamente la relación – y gracias a,
cada vez que emergían estas reacciones intensas obnubilando mi visión, la toma
de decisiones y la realidad, yo tomaba un respiro, perdonaba las reacciones
intensas, me calmaba a través de sonar el perdón con mi voz y volvía a CREAR la
visión holística en mí, porque es como si hubiese estado encerrado en una
pequeña cámara, llena de un gas que alteraba mis sentidos y que había
imágenes/recuerdos específicos de la relación, enfocados en ‘los buenos
momentos’ o momentos específicos que ‘me gustaron’ de la relación y no veía la
TOTALIDAD, la gran cantidad de problemas, desacuerdos y conflictos que no
pudimos resolver por distintos motivos que involucran una gran cantidad de
cosas tanto de ella como de mí.
Por
lo tanto, una cosa que yo sugiero, si has tomado la decisión de parar una
relación que se ha tornado enfermiza de alguna manera u otra, y ya no hay ‘marcha
atrás’ o realmente es imposible poder cambiar las dinámicas de la relación, ya
sea por lo que cada uno quiere para la relación, y demás cuestiones – mira holísticamente
a tu relación, y no olvides considerar todos los detalles, las razones por las
que estás levantándote por esa decisión, y si pierdes el camino, vuelve a crear
esa visión holística – eres tú quien decide si seguir en una relación que no
crece o salir a crecer porque sabes que puedes crecer si paras esa relación.
Mi
anterior relación fue creada de tal manera que mi entorno lo consideraría una ‘mala
decisión’ o que ‘ya nos volveremos a conciliar’ o ‘volverán a estar de nuevo’,
por las dinámicas de terminar y volver constantes – yo no sugiero hacer caso al
entorno si sabes que fuiste el creador de la visión y experiencia del exterior
en términos de quererles hacer ver algo, querer que vean tu relación de cierta
manera. Considera tu responsabilidad en cuanto a cómo el entorno te ve a ti y a
lo que has creado.
En
mi próxima publicación compartiré algunas de las cosas que he estado
reprimiendo y que han surgido gracias al apoyo de algunas personas.
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